jueves, 26 de febrero de 2009

Que clase de intelectuales formamos en la Argentina.

Me tomo un respiro del quehacer político para hablar sobre que se considera ser intelectual en este país, o para desmitificar aquellos “iluminados” que creen que por que leen a tal o cual autor (que siempre habla de realidades europeas o norteamericanas y que acá repiten como si fueran dioses), sin saber, en muchos casos que quiso decir, pero que, a la “luz” de su pequeño saber, parecen estar preparados para opinar o decir cualquier cosa, conozco unos cuantos en Santa Fe, estudiantes, profesionales, simples vecinos.

 Este texto lo encontré en otro blog, pero me pareció interesante subirlo para que discutamos y pensemos cuál es el perfil que queremos como estudiantes de alguna carrera de grado o, como simples ciudadanos que se interesa cada día por superarse. Le hice algunos agregados propios, pero la idea que subyace es interesante.

Hace poco, encontré un viejo suplemento Radar Libros del diario Clarín, en el cual había una reseña de una mesa redonda que  se había hecho en Brasil con el título “¿Qué es un intelectual?”, o algo así.

Comienza con las palabras de Beatriz Sarlo,  que explicó de manera detallada, rigurosa y entretenida cómo se hacía un intelectual, en qué consistía, y por qué esta categoría entraba en crisis en los últimos años. Dio listas bien exhaustivas de lecturas y consumos culturales que definían un piso mínimo de la intelectualidad: Raymond Williams por un lado, el debate modernidad/posmodernidad por el otro, el cine de autor también; es decir, listó ciertos escritores, cineastas y teóricos que funcionan como contraseñas o claves de reconocimiento mutuo, gracias a los cuáles un intelectual puede reconocer a otro intelectual.

Luego de la disertación de Sarlo, Schwartzman (argentino que reside y trabaja en Brasil, antropólogo y escritor) comenzó su charla diciendo: “Escucho a la colega Sarlo y me maravilla que, a esta altura del siglo XX, se siga intentando definir a un intelectual por su consumo cultural y no por su producción.”

Es decir, que la postura definir la intelectualidad no como una disciplina productiva sino como una especie de entrenamiento personal del gusto, no es algo que sea propiedad de Sarlo sino que es, me parece, la impronta de la mayoría de la academia argentina, que, en grandes líneas, entiende que un intelectual se forma educándole el gusto para que aprenda a discernir lo bueno y evitar lo malo (cuantos mediocres piensan que por que leyeron a Bourdieu, Hegel o Kant, para dar un ejemplo, pueden hablar de sociedad o política, cuando ni siquiera conocen la realidad que pasa a la vuelta de su casa).

Por supuesto, el antecedente de esta postura es que aquello que es bueno sólo puede definirse en oposición a algo que es malo, y lo malo es por definición lo popular. Cultura alta, cultura popular: categorías decimonónicas que continúan vivitas y coleando en nuestro medio universitario, que se enorgullece de formar críticos de la cultura.

Las carreras que tienen que ver con la cultura están llenas de materias en donde se aprende a valorar la cultura alta y se ignora, o se denosta la cultura popular o masiva. Las materias sobre medios detestan la televisión, las que reflexionan sobre la tecnología enseñan que la Internet eliminará el pensamiento crítico, las que piensan sobre la política en los grupos populares la explican con el clientelismo o el populismo peronista.

En cambio, en otros lugares como en Brasil se estudia la música popular brasileña con mucha seriedad o en Cuba, que hay profesores universitarios especialistas en los ritos afrocubanos. Pero acá, por alguna razón que habría que comprender, hay intelectuales que reniegan del fútbol o de la cumbia como fenómenos culturales.

Es decir, entonces, que la cumbia como Los Palmeras, el fútbol,  el Gauchito Gil, el rito del asado, Francella, Porcel y Olmedo, porque no Tinelli o el producto que nos ofrece la televisión y los festivales folklóricos de todo el país siguen esperando que alguien vaya y los estudie en serio y no sean estigmatizados.

martes, 24 de febrero de 2009

El Lole, Carrió y otras malas hierbas.

Leo que nuestro nuevo gran líder y esperanza blanca, el Lole Reutemann dice que “si bajan las retenciones será como mil millones de pesos que dejan de entrar al Estado, pero la plata no va a ir a ningún lado que no tiene que ir, va a ir a la inversión…” (Me pareció leerlo y escucharlo en los no tan lejanos años 90, ¿es o no el Menem blanco?)
También dijo que “así como vamos no llegamos a Octubre…” (Apocalíptico el locuaz ex corredor)
El alineamiento incondicional del Lole al campo pregonando un extraño “federalismo”, donde parece que hay que desfinanciar al Estado nacional, está claro que no en beneficio de las provincias (no seas mentiroso ex piloto), sino con el objetivo de que esa guita se la embolsen los patrones como él. Ésta lógica plantea en lugar de un federalismo auténtico, un regionalismo berreta y descarado.
Lilita Carrió, nueva ¿compañera? del ex gobernador, pobre, que sólo habla sin entender (o será que entiende muy bien y se hace la zonza), que dijo “… Es sencillo, como la demanda de alimentos es inelástica, hay que levantar las retenciones y liberar al campo, pedirle plata al FMI para compensar el déficit y listo. Salimos a vender como una topadora al mundo. Aprovechemos que lo nuestro es inelástico, como está haciendo Brasil, que le pide plata al FMI y sale, sale. Me siguen…?
Ay Lilita, me parece que tonta no sos, porque sabes que si la demanda de alimentos es “inelástica”, entonces es justamente el lugar donde las retenciones mejor aplicadas están, porque por más que haya crisis no varía la demanda de alimentos y por lo tanto no hace falta incentivar esa producción en mayor medida que el año pasado, cuando no existía la crisis.
Y para terminar, leí en Página 12 que Buzzi, el más político de los dirigentes del campo, luego de hablar del “gobierno montonero”, anunció que “…por segunda vez estos muchachos van a ser derrotados…”.
Bien, creo que hay razones muy valederas para no estar de acuerdo con el gobierno de los Kirchner, para desear que pierda o militar en contra, ahora bien, ¿ESTO ES LA ALTERNATIVA?, ¿ESTO ES LO QUE DESEAMOS LOS ARGENTINOS?, otra vez déficit fiscal, Fondo Monetario, desfinanciamiento del Estado, orden y seguridad.
Como diría Foucault, “en política no hay intenciones ocultas”. Siempre, si sabe ver bien, está todo dicho, y el que avisa no traiciona.
Señora, señor, maestra, jubilado, empleado, obrero, si los vota, esto es lo que va a conseguir, esto es lo que están ofreciendo a cara descubierta.
¿Esta es la alternativa que va a reemplazar con racionalidad y consenso a lo que hoy tenemos?
Me da miedo.

lunes, 23 de febrero de 2009

¿QUIENES DEJAN EL BLOQUE K?

Viendo el empeño que pone la mayoría de los medios opositores para magnificar lo que Mariano Grondona denomina con exceso de voluntarismo “Diáspora kirchnerista” en su último artículo en el diario “La Nación”, a uno le da por sospechar que deben existir razones importantes y de no muy fácil visibilidad para instaurar tamaño desvarío, porque si bien es cierto que los ciudadanos no están al tanto del detalle político y que no tienen en su cabeza todos los nombres que están en danza dentro del candelero de la política, no se puede pensar que todo el mundo haya olvidado, por ejemplo, que el senador salteño Juan Carlos Romero –al que se lo promociona como la más reciente deserción de las filas kirchneristas- fue nada menos que el candidato a vicepresidente de Carlos Menem en 2003.

De la misma manera es increíble que se le quiera hacer creer a la sociedad que Carlos Reutemann fue alguna vez un soldado del ex presidente. La figura del ex corredor está instalada en la mirada popular como un enigma de la política argentina. El Menem blanco de Santa Fe (como lo llamó Eduardo Aliverti), cuyas características monosilábicas y su culto a no decir jamás ni que sí ni que no sino todo lo contrario, son ya una marca aparentemente indescifrable de la política argentina. Al cabo de algún notable curso veloz de oratoria, anunció locuaz que se apartaba del bloque kirchnerista del que nunca nadie tuvo idea de que formaba parte y suscitó el entusiasmo de Solá y De Narváez.
Quizá estos manejos reñidos ya no con la objetividad periodística sino con estándares de inteligencia media sean generados por la desesperación de algunos sectores que no encuentra el modo de revertir algunas corrientes de fondo que hacen que la gente ya mucho no les crea, o que esté cansada de tanta mugre mezquina.
Hay algunas cuestiones innegables como que, por ejemplo, el modelo de país que se le vendió a los argentinos en los noventa estalló en mil pedazos primero aquí y ahora en el corazón mismo del capitalismo mundial. Por más que los gurúes operen y manipulen, los datos están a la vista y la gente los palpa: Los mismos que pronosticaron un dólar a 10 pesos en 2002, que son el elenco estable de “especialistas” que asolan el cable y la Cadena Nacional de la Gente Linda con sus pronósticos, han quedado sepultados por la implosión norteamericana. Ellos continúan diciendo lo mismo y siguen siendo convocados por programas y periodistas que, encorsetados por sus anunciantes e inmersos en un autismo preocupante, siguen profiriendo las mismas fórmulas de antaño sin observar que las condiciones han mutado drásticamente. Cual militantes de pequeñas sectas de izquierda dogmática, siguen repitiendo de memoria un dogma que ya no convoca, no convence y no suma adhesiones, sino dudas.

Los tiempos han cambiado y diariamente se van cocinando nuevas condiciones en nuestra América latina, por eso no es casual que en la región, salvando unas pocas excepciones, estén gobernando fuerzas con planteos que por sobre todas las cosas son novedosos. No es casual ver que el discurso opositor en Venezuela o en la media luna boliviana tiene los mismos acentos y adjetivos que acá. No es casual que pese al manipuleo informativo de los grandes medios, férreamente embanderados con la oposición, se verifiquen triunfos arrolladores como el de Correa en Ecuador. No es casualidad, entonces, que pese a tanto poder en contra, los pueblos ratifiquen una y otra vez su voluntad de cambio en nuestra Sudamérica. Algo está cambiando a favor de proyectos políticos que sin llegar a tener una genética revolucionaria químicamente pura -ni mucho menos- tienen, al menos en el trazo grueso, una mirada más en sintonía con lo que perciben las masas como rumbo necesario para salir de la postración.
Por eso el dispositivo opositor se altera, porque su prédica no da los resultados buscados, porque sus dirigentes se pelean entre sí y se muestran incapaces de articular un único bloque de referencia electoral y porque cuando se largan a hablar de proyectos, la verdad, asustan.

miércoles, 18 de febrero de 2009

La politica NO es una mala palabra

Siempre vemos de la política su lado oscuro y reprochable, como el tráfico de influencias, la insensibilidad hacia la injusticia, la obsesión por el poder, como un fín en sí mismo. Y esto existe, es innegable, y nos afecta día a día, pero, también tenemos que recordar que la política NO es sólo eso, sino que mucho más.
Entonces, ¿qué es?. Y te digo ES TODO. Hace ya más de 2500 años que el hombre intenta vivir políticamente, y esto es así porque lo que quiere es mejorar las condición de sus existencia como ser social. Tampoco vamos a decir que una sociedad donde se hace política es perfecta, pero SIN política es peor, porque es el reino del más fuerte, la sumisión humillante y una gran cuota de sufrimiento.
Intentar hacer política forma parte de nuestro esfuerzo por vivir de forma civilizada.
Las plantas y los animales, para dar un ejemplo, son algo natural, en cambio, la política es algo artificial, resultado del esfuerzo creador que se alimenta de ideas, de tradiciones y de procesos de experimentación en el que ponemos a prueba toda una serie de propuestas y soluciones. Es una obra compleja y sofisticada, obra colectiva de sociedades que decidimos vivir políticamente. Y éste es el desafío al que te invito, a conocer al lado noble de la política, de lo admirable, de que se convierte en el mejor anticuerpo contra las maniobras sucias y aquellos que intentan manipularnos. Porque la política NO es la causa de la imperfección humana, sino el mejor método que tenemos en nuestras manos para lidiar con sus efectos sobre el bienestar común.
Ahora bien, a lo largo de la historia hemos pasado del realismo filosófico de los antiguos al realismo político de derecha o de izquierda. Es así que ha discurrido el vivir en sociedad, de pasar de sociedades colectivas al individualismo liberal o su contrapunto el socialismo científico o utópico. Hemos convertido a la política en un discurso autónomo, secularizado, pragmático, refiriéndose casi exclusivamente a conseguir y mantener las estructuras de poder, cosa que evidentemente ha entrado en crisis, porque la sociedad pide un cambio, que ni ella tiene en claro, pero que no podemos hacer la vista a un lado de que existe esa crisis, y que no sabemos cual está primero, si la crisis social o la de valores, pero lo que se perfila y se visualiza es el requerimiento del ciudadano, de la gente común,es una vuelta a la fase valorativa de lo político.
En su forma clásica, la política, desde Nicolás Maquiavelo, es una instancia autónoma del poder por el poder, y esta forma de entender la política implica una crisis, y que sólo se puede salir en volver a conectarla con lo axiológico, cuyo camino es distinto, que, sumado a una dosis de realismo críticos, pueda mostrarnos un camino diferente que haga del poder y la lucha por conseguirlo, NO un objetivo supremo, sino un medio en función de alcanzar el bienestar de la mayoría.
La moralización de la política es reflejo de la moral colectiva, por lo tanto, si en una sociedad prevalece la creencia de que el poder es arbitrario por naturaleza y se acepta como natural o lógico que aquellos que lo ejercen, se abusen, se enriquezcan, favorezcan a sus amigos o persigan adversarios, no podrá jamás esperarse que la política sea ejemplo de moralidad.
Hay mucho de hipocresía, o falsedad en la realidad que nos toca vivir. Los valores que se proclaman, no se respetan en la vida cotidiana. NO es vivir en la verdad con contentarse con anunciar medidas macroeconómicas, mientras al mismo tiempo se silencia la escandalosa desigualdad en la distribución de los ingresos, o se inunda una ciudad de barro por imprevisión y desidia, sumado a la miseria generalizada en que están los sectores marginales de todo el país.
NO es justo un mundo donde grandes sectores de la población no tienen acceso a la salud, a la vivienda, a la educación y al trabajo.
¿Y nosotros? El individualismo consumista prevalece cada vez más, y marchamos como robots, cada uno encerrado en nuestro pequeño mundo, del cual nos sacan de esa siesta eterna, sólo las grandes catástrofes naturales, las epidemias o las guerras.
Tenemos que reforzar la idea en nosotros de que un funcionario público, mal llamado “político”, es una persona que no tiene dos vidas, y por lo tanto, no tiene una moral pública y otra privada, sino que es un servidor público, que desempeña un cargo en el cual representa una función en beneficio del Estado y de todos.
No nos hagamos los tontos, que todos sabemos que al ciudadano pobre, al “negro”, que acude a un servicio público, admite casi como natural que se lo postergue, se lo atienda mal o directamente no se lo atienda.
Y así vemos, como el clientelismo o el caudillismo (la palabra Lole no les suena????), erosionan el concepto de ciudadanía y favorecen una cultura de la ilegalidad, la informalidad, el favoritismo, la excepción, Es por ello que nuestras elites, y también muchos sectores populares, no sientan la necesidad de desarrollar una sociedad igualitaria, participativa y que delibere, sino, que perciben el poder como un privilegio que naturalmente da ventajas y oportunidades.
A esto hay que sumarle la implantación de una creciente cultura económica que hace de la riqueza el valor supremo y cada día es mayor el peso del poder económico, deshumanizando la vida en nuestra sociedad, en la que somos cada día más esclavos de las cosas, más egoístas, encerrados en nosotros mismos.
Por eso, ojalá algún día entendamos que….
La actividad política es un servicio público, NO un instrumento para lograr influencias o ventajas personales.
QUE, se generalice en la sociedad la idea que los gobernantes, legisladores, funcionarios y demás autoridades públicas son servidores de la comunidad y no que detentan un poder arbitrario, los abusos van a disminuir, y la moralización de la política será el reflejo de la moral colectiva.
QUE, cuando encontremos el camino de ser solidarios, vamos a afirmar nuestra individualidad, y que la soledad se va a terminar, porque estaremos todos unidos peleando por algo mejor.

martes, 17 de febrero de 2009

HABLAMOS DE POLITICA

Desde hace mucho tiempo he recibido constantemente preguntas sobre el tema principal de este blog: ¿Por qué escribir sobre la política de este país y de esta provincia en particualr? Hay cosas más interesantes de las cuales escribir... Fútbol, peliculas, chimentos no sé, existen infinidad de tópicos que podrían resultar más que interesantes para una inmensa mayoría de la gente
Pero, eso no quiere decir que no me interese, sino todo lo contrario, sí hablo de cine y de futbol, pero pocas veces se toca otro tema que no sea la política.
¿Y qué decir de la política? ¿Dónde radica entonces la particularidad de este blog? Pues nada, en ningún lugar. Simplemente es el sentir de un individuo que sufre todos los días, como otro cualquiera, las determinaciones de un montón de tipos, que por decir lo menos, son obtusos o cuadrados, como mejor quieras llamarlos. Me resulta divertido ver como a parte de ser algo más que estúpidos, luchan por convencerse que sus actividades diarias las realizan con el simple afán de mejorar las cosas en la provincia o la ciudad. Y en este desesperado intento, tratan -por todos los medios a su disposición, y que no son poco- de convencer al respetable ciudadano, que lo dicho ante cámaras, micrófonos y plumas de editoriales representa la pura verdad.
La clase política, dicho sea de paso, no se distingue por su inteligencia o claridad de pensamiento, sino todo lo contrario. Son contradictorios, burdos, rateros, iletrados, y en el último de los casos, interesados en otra cosa que no sea el beneficio particular.No es raro verlos haciendo uso de "sus privilegios" para ensalzarse, cuidarse, procurarse, enriquecerse, protegerse y vanagloriarse, siendo que en primera instancia y antes que todo, los "derechos" de los que gozan son en realidad, prebendas otorgadas "en buena fe" por los ciudadanos de esta nación y de esta provincia. Y para no ponerme a llorar o ir a buscarlos a todos, de manera personal, mejor me dedico a reírme y molestarme desde aquí y desde mi participación como ciudadano, por todas esas pequeñas idioteces que hacen de la mayoría de los políticos, hermosos ejemplos de la condición humana.Pero los políticos, no son los únicos responsables del estado de cosas que priva en Santa Fe, en Argentina. Todos somos CO-responsables de las porquerías que suceden todos los días en nuestro territorio. Somos Boludos (sí con B mayúscula) porque nos encanta que nos den todo en la boca, listo para deglutir, y es más fácil la crítica sentado en un sillón viendo a Tinelli, que ponerse a pensar en la forma de hacer algo mejor.

Aquí se escribe sobre política porque no puede uno ponerse a gritar o insultar sin sentido.
Acá en este blog, se escribe sobre política, porque resulta más benéfico para la salud de un servidor y porque de nada sirve ponerse a llorar por la amarga situación que todos vivimos: vejaciones, violaciones de todo tipo desde físicas, legales y mentales, hasta de derechos humanos, incluyendo los orbes individuales y colectivos; delincuencia sea institucional o criminal -en todas sus pintorescas facetas.
De qué sirve hablar de política? Pues ¿prácticamente? De nada. Podría hacerse una analogía y apuntar que hablar sobre procesos políticos es igual que confeccionar un poco de poesía. No tiene ningún beneficio, ningún resultado positivo, ninguna ganancia inmediata, ningún dinero obtenido de manera rápida; pero la verdad el quehacer político es un tópico inagotable y reírse de la pendejez ajena siempre es entretenido. La idiotez humana es infinita y eso presta mucho material. Hablamos de política, no porque sea agradable, sino al contrario, lo hacemos porque hay que hacerlo, pues posiblemente nadie más lo haga, y porque es mejor ser prácticos y trabajar con lo que hay que sentarse a pensar sólo en nuestras carencias.

viernes, 13 de febrero de 2009

A despegarse de las palabras y empezar a actuar

Alguna vez escuché cuando era un adolescente, que la política era la ciencia por la cual se alcanza el bien común, que es el conjunto de valores, costumbres que hacen al bienestar de una comunidad. En la Universidad, otro concepto me quedó grabado, la idea aristotélica de Justicia, como la virtud más alta, la más perfecta, siendo la virtud el punto medio entre dos extremos llamados VICIOS, el vicio del exceso y el del defecto. Con esto Aristóteles da respuesta a la pregunta sobre qué es lo bueno y qué lo malo. La autoridad del orden social será quien determine qué es lo demasiado y qué lo poco y cuáles son los extremos y por ende la virtud situada entre ambos. Esta fórmula tautológica del medio finaliza diciendo que lo bueno es aquello que es bueno para el orden social existente. Para Aristóteles la conducta justa es el término medio entre hacer el mal y sufrirlo. La justicia es lo contrario de la injusticia, que es aquello injusto para el orden moral positivo y el derecho positivo.
Por lo tanto, es posible unir los dos conceptos o ideas para llegar a una solución práctica que se denomina JUSTICIA SOCIAL, que es aquella que consiste en darle a cada uno lo que le corresponde, sin distinción de clases. Darle la oportunidad al que menos tiene, dignificar al trabajador, como motivar y alentar a los empresarios para que inviertan y paguen sus impuestos.
Ahora bien, ¿cómo es interpretada la política en nuestros días? Como algo sucio, lleno de trampas y traiciones por lo que no vale la pena meterse. Es considerada como un puente a la salvación personal y no colectiva. La mayoría de la gente opta por mirar a otro lado cuando se trata de “la cosa publica”. En la Antigua Grecia llamaban IDIOTA aquel que no participaba de lo publico y que dejara que otro tomara la decisión por el.
Cuantos idiotas hay hoy en nuestra sociedad? Todos o casi todos lo somos. Porque creemos que con votar con mala gana un domingo tenemos derecho a insultar o criticar, creemos que somos gente de democracia total y no es así.
En primer lugar no hacemos nada para informarnos de lo que pasa en el país o en la provincia o nuestra ciudad, no participamos en campañas, no prestamos nuestra firma para los petitorios que algunos locos tratan de organizar. Solo nos acordamos cuando nos tocan algún interes en particular, los ahorros, las retenciones, etc. Pero nunca nadie apoyo una marcha para pedir viviendas dignas o por una educación mejor, tantas cosas por hacer.
Aparte de idiotas somos egoístas. Porque se llega al extremo de terminar siendo gobernado por un corrupto y es mas, que aun siga gobernando. ¿O nadie votó a Menem, a De la Rúa,? Porque no hacemos nada en ese camino?
Política no es hablar sobre asuntos personales o puterios de nuestros gobernantes, sino de debatir ideas, proyectos, pasos a seguir para alcanzar ese Bienestar Colectivo. Es un error de concepto pensar que la política es solo el juego de aquellos que están en el poder. Muchas veces me dijeron en reuniones sociales, no hablemos mejor de política, pensando que defendería a alguien o algún partido en especial. Y no es asi, habría que charlar, siempre respetando a los demás en su forma de pensar y actuar, no sobre las cosas que faltarían para que una sociedad pueda progresar, sino también como se podrían alcanzar esos objetivos. Eso para mi, seria madurez democrática. No existe una política mala y una buena. Cuando no se hace nada para la sociedad, se hace daño y no política. La política es una y tiene que ser sinónimo de servicio. Hay que despertar esa llama en nuestra conciencia cívica, hay que volver a sentir esa vocación de buscar el Bien Común, de servicio, de hacer cosas que tal vez no lleguemos a ver, de ser mártires de la democracia.
No hay que tener miedo, el ciudadano jamás le debe temer a los gobiernos, sino al revés.

miércoles, 11 de febrero de 2009

"ROMA NO PAGA TRAIDORES"

La frase era un apotegma conocido en los tiempos del imperio. Cuenta Plutarco que, en la conquista de la PERSIA, dos generales persas se presentaron a Alejandro el Grande para proponerle su ayuda en una traición contra su propio Rey, DARIO. Alejandro los escuchó y ordenó que los degollaran. Desde entonces, los traidores han sido siempre los mismos, lo que ha variado han sido sólo los hombres que los usan, porque a tales traidores corresponde iguales contratistas.En la política, que es la lucha de dos voluntados, la traición se usa constantemente, porque al ser, una realidad de amigo-enemigo, que es la lucha permanente, la traición se usa sin medida, y sobre todo cuando las bajas pasiones y el ser inmoral, pesan más que las virtudes y el buen nombre y honor. Pero, es tan miserable el traidor, como el que se vale de él para traicionar. La psicología de la traición tiene innumerables gradaciones y características: los hay de toda laya, desde el que se vende por dinero o por prebendas, hasta el que lleva la traición adentro y así no puede escapar a su influencia. Todos tratan de disimular su infamia escudándose en lo que suelen llamar "viveza" y "habilidad", sin percatarse que en el "pecado lleva la penitencia", porque aún gozando de beneficios inmediatos, no escapan a la sanción de su propia infamia, ya que los que proceden mal, terminan víctimas de su propio mal procedimiento.La permanente vigilancia que nosotros debemos hacer logra que nos informemos, y ella nunca ha fallado. Ahora sabemos bien quiénes se han prestado o se prestan para tan sucio negocio y así no nos puede resultar imposible neutralizar a los elementos comprometidos o propensos.
Ningún ciudadano, sea político, empleado, peluquera, mecánico etc., ignora en ningún caso, quién es quién en Santa Fe. Así que el hombre común no puede ser engañado en caso alguno y a menudo, las autodefensas del mismo, terminan con los amagues de traición, vengan de donde vengan. Por eso nosotros no le tememos a los traidores, más bien los aceptamos como generadores de anticuerpos que refuerzan nuestras defensas.Es que no podemos jamás aceptar semejantes métodos para combatir a nuestros enemigos. Anhelamos la lucha pero en el campo de la dignidad y no de la verguenza. Tampoco tememos cuando nuestros enemigos la utilizan, porque sabemos con toda certeza que su fracaso será una carta más de triunfo para nuestra lucha y nuestros sueños.
Mientras nos comprometamos a actuar firmemente, mientras mantengamos nuestros ideales y entusiasmo por aquello que creemos, poco podemos temer de las defecciones de algunos dirigentes que, encandilados por una riqueza momentánea, sacrifiquen lo más sagrado para un dirigente; su lealtad y su honestidad. Lo más que podrán obtener será el voto hoy, pero no el desprecio de sus congéneres y ciudadanos con el paso del tiempo. Lo lamentable es que se utilicen los fondos del Estado para corromper y no para dignificar a los ciudadanos. Cuando ello ocurre se comete un crimen imperdonable.Por lo demás, nuestros dirigentes santafesinos pueden seguir haciéndolo; los conocemos uno a uno que, aunque nos hagan creer que son peronistas, radicales, socialistas, nosotros sabemos de la pata que cojean y no se moverán aunque lo intenten.
La pelea es larga, sacrificada, no claudiquemos en nuestro compromiso, todo lo que sembremos hoy, dará sus frutos en el futuro, porque nuestro compromiso es hoy, que los Reutemann, los Obeid, los Carrió, los Kirchner, los Macri, los Binner, los Cobos, y tantos otros no nos hagan perder los sueños.

lunes, 9 de febrero de 2009

Reforma politica

El gran consenso que concita la Reforma Política se debe en gran medida a que cada actor involucrado entiende cosas distintas sobre la misma, o peor aún privilegia intereses sectoriales al beneficio de la comunidad. Es por ello que todos los sectores propugnan la Reforma, pero nadie la puede llevar a cabo. Luego de la crisis institucional de 2001 que se produjo en nuestra República, tras la renuncia de De la Rúa, la bandera de la Reforma Política era la que más alto se erguía entre políticos, ciudadanos y organizaciones no gubernamentales. La Reforma Política parecía avasallar la agenda política. Todos opinábamos y fijábamos posturas, pero no todos escuchábamos. El término “Reforma Política” resulta tan amplio y poco preciso como el de democracia: ¿qué es la Reforma Política?, ¿Para qué la Reforma?, ¿Qué se debe reformar?, ¿Quién tiene que hacer la reforma? Cada actor puede contestarlas, en abierta contradicción a sus pares, y sin embargo seguir siendo fiel a su modelo de Reforma. Estas ambigüedades son las que han desgastado el término. Basta analizar qué lugar ocupa en la realidad politica y social del ciudadano común, o que lugar ocupa en la campaña electoral que se viene para elegir legisladores nacionales, y concejales. Evidentemente los hechos demuestran que se fortalece la tesis que dice que ningún órgano se depura así mismo. Se simula el cambio a través del discurso para concretamente no cambiar nada. Para que la Reforma Política vuelva a ocupar un lugar privilegiado dentro de la agenda política y esta vez si redunde en una política concreta, resulta imprescindible acordar sobre qué aludimos cuando hablamos de Reforma Política. Los significados de la Reforma El significado amplio de la Reforma la define como el medio para cambiar la forma de hacer política, recreando la confianza y la eficiencia del sistema Republicano de gobierno. Este es el significado al que adhieren todos los estratos políticos sin distinciones, y está íntimamente relacionado con los fines de la Reforma, es decir el para que de la reforma. El significado restringido de la Reforma está vinculado con los medios, y es aquí donde los consensos se tornan difusos. La pregunta es la siguiente: ¿Qué reformar para recrear la confianza y la eficiencia del sistema? Y más antagonismos se generan si se preguntan: ¿Cómo reformar?. A la primer pregunta basta una respuesta política. A la segunda una respuesta técnico-política. Temas y niveles de análisis de la Reforma Hay temas importantes y temas urgentes referidos a la Reforma Política. Dentro de los temas importantes están los que atañen a la eficiencia del sistema político (gobernabilidad y asignación de recursos). Ejemplos: la Reforma del Sistema de Gobierno (Presidencialista, semi-presidencialista, Parlamentario), la Reforma de la Administración del Estado, la Reforma del Sistema de Partidos, la introducción de mecanismos de democracia directa, y el control de los actos públicos. Dentro de los temas urgentes se encuentran los que atañen a recrear la confianza en las instituciones políticas (representatividad y transparencia) y posibilitarán las reformas importantes. Ejemplos: la Reforma del Régimen Electoral y la Reforma del sistema de financiamiento de los partidos. Cuando hablamos de Reforma del Régimen Electoral es importante distinguir las temáticas y áreas a las que se alude. Siguiendo la diferenciación de Revidatti podemos identificar tres áreas temáticas : · El Sistema electoral: es el método seguido para distribuir los cargos a llenar entre quienes resultan votados. Se pueden clasificar en dos grupos: sistemas mayoritarios, y sistemas minoritarios. Los sistemas minoritarios se dividen en proporcionales y no-proporcionales. · Las Modalidades en el ejercicio del sufragio: son las características establecidas para lograr la más auténtica expresión de voluntad de los empadronados. Este aspecto está relacionado con la legislación sobre partidos políticos. Las modalidades del sufragio dividen las maneras en participar en los comicios en públicas o secretas; directas o indirectas; obligatorias o facultativas; familiares o individuales; personales; por correo o por representante; por candidato o por lista; universales o calificadas (en razón de la fortuna o la instrucción) · La Organización del cuerpo electoral: es la división de los electores en grupos cuyas boletas se computan en un mismo escrutinio para la designación de los funcionarios. Puede ser organizado en distrito único, plurinominal o uninominal. Cuando se hace referencia al sistema de financiamiento de los partidos políticos, se alude a los diferentes medios que pueden recurrir los partidos para financiarse, con las virtudes y defectos que implica cada medio. El financiamiento puede ser: estatal, privado, o mixto. La transparencia tiene que ver con la publicidad de los gastos y forma de obtención de recursos de los partidos. En cuanto a los diferentes niveles de implementación podemos situar a La Reforma en el nivel nacional, provincial o municipal, con sus vinculaciones y determinantes constitucionales. Un esfuerzo por situar a la Reforma Política dentro de estas variables constituye sin dudas la etapa previa necesaria para abordar la temática con una visión abarcativa y a la vez precisa de la Reforma. Lo contingente no debe obstaculizarnos reformar lo sustancial, y aquí es donde el modo en que se implemente la Reforma se torna determinante, ya que la Reforma no es buena en sí misma, sino que es necesario emprender una Reforma positiva para obtener los medios capaces de hacer una sociedad más justa, próspera y previsible. La re-instauración de la misma en la agenda política, y su anhelada implementación dependerán en gran medida de que nuestros dirigentes comprendan a la Reforma adecuadamente, en el nivel que corresponde, priorizando las áreas y objetivos que articulen una estrategia viable para recrear la confianza y la eficiencia de nuestras instituciones.

martes, 3 de febrero de 2009

Ser ARGENTINO

El Argentino de hoy se debate permanente, e inútilmente, entre polos de pensamiento siempre opuestos, buscando infructuosamente o por lo menos con resultados bastante inciertos el equilibrio tan deseado y necesitado.
Hablar de estos extremos, sería como querer tomarse una pileta entera de agua y sus ejemplos serían también inabarcables, desde Colón y Unión, River y Boca, Radicales y Peronistas, Peronistas K y Peronistas ortodoxos, Derechos y Zurdos, Gringos y Negros, Reutemanistas - Rossistas, y todos sus nuevos envases: Campo y Ciudad, Pro Yankees y Bolivarianos, no nos privamos de nada a la hora de enfrentarnos por cualquier pavada, con tal de desahogarnos un poco de la bronca y la impotencia que nos genera tener esta nacionalidad tan conflictiva. Todas y cualquiera es una buena razón para partirle la cabeza a otro compatriota. De más está y sería redundante remitirnos a ejemplos otra vez, "si no estoy de acuerdo con algo, o algo me molesta o no le conviene a mi grupo social, político o lo que sea, hago un piquete, le rompo la vidriera al verdulero o al tendero de la esquina, le hago estallar una bomba de estruendo de 6 pulgadas en la cabeza al policía, del cual reclamaré su pronta presencia cuando lo necesite y gritaré ante cuanta cámara que me pongan enfrente que "son un desastre cuando te hacen falta nunca están". Pretendemos ser de la izquierda más recalcitrante , somos guevaristas, marxistas, maoistas, chavistas, vamos a aplaudir a Fidel cuando viene al país, y todo por snobismo ya que no nos perdemos un capítulo de Lost, o el último CD de Robbie Williams (de la cual alguna argentinita se vanagloriará de haber dormido con él), pero que honor ! Vamos a los recitales de cuanto Gringo venga a sacarnos un peso con un espectáculo musical de cuarta, ( ya que, por supuesto vienen siempre cuando están en la "mala" o tienen más de 50 pirulos (Madonna), si no, sus espectáculos los dán en París, Londres o Roma. Nos desgañitaremos gritando que las Malvinas son Argentinas y que deberíamos honrar a nuestro queridos ex combatientes, pero cuando tenemos treinta y cinco mil dólares vamos corriendo al primer "dealer" Mini Cooper porque ese autito te dá un aire a Beckham ..... (aunque seas más oscuro que la noche). Criticaré y me ensañaré con cuanta cultura huela a Europeo, la emprenderé contra "Esos Gallegos que nos quitaron las empresas" y a cuanto colonialista se me ponga a tiro, pero no me olvidaré de hacer la cola en el primer consulado europeo del país de origen de mi abuelo, de Italia de España o de Transilvania (por las dudas viste.., uno nunca sabe..), eso sí, cuando emigre, no me importará en absoluto saber su idioma, su himno nacional, los colores de su bandera, sus leyes , conocer sus próceres, total, para qué no ? si solo iré con la intención de pasarla bien y de paso llevarme unos Euros , a través de un conchabo que ellos tendrán la obligación de darme, porque cuando "ellos se morían de hambre, la Argentina les dió de comer”, como si se pudiera hacer una comparación entre la realidad del 1840 y la del 2008. Otro capítulo insólito de nuestro ser, es el de aquella contradicción que afirma una y otra vez que "Los Argentinos somos solidarios" hasta tuvimos una calcomanía que se pegaba en los vidrios del auto que aseguraba "Los Argentinos somos derechos y humanos" allá por el 78. Estimados compatriotas : lamento defenestrar tán hipócrita premisa ya que los Argentinos no solo "NO" somos solidarios, sino que además, y a modo de oferta, somos mal educados y desconsiderados del prójimo como el que más, y ya va siendo hora de que nos vayamos sacudiendo un poco toda esa pedantería y festejo de nosotros mismos a lo que tanto somos afectos, si no , basta observar un poco el comportamiento social de los últimos tiempos, desde lo más cotidiano como el Chofer de colectivo "Solidario" que pega el arrancón para que se caiga el abuelo o te baña en la esquina los días de lluvia, el vandalismo juvenil que pobrecito "no encuentra horizontes", que rompe teléfonos públicos, quema y saquea escuelas al amparo de la noche, apedrea transportes públicos, Camiones de Bomberos y Ambulancias, que se atreven a ingresar a ciertas zonas, solo porque van a hacer algo útil y bien nacido. Como cereza de la torta de la Solidaridad cabe también mencionar la mano que sabemos darles a nuestros vecinos y hermanos cuando hay que hacerles un lugarcito en este pequeño territorio de 2.766.889 km2. Ahí nos despachamos con todas las vulgaridades y groserías que nos vienen a la mente, ahí están los Paraguas, Bolitas, Yoruguas, Brasucas, Chilenos y Peruanos de M..... todo por el mismo precio y desde la ignorancia que provoca el desconocimiento y la soberbia propia. El Argentino de hoy, convierte su entorno en un basural, la ciudad donde habita el mismo y sus hijos, en lugares donde ya es imposible trabajar, estudiar, transportarse, bah, vivir....... (en una palabra), nuestra falta de apego a las leyes de todo tipo es ya legendaria y conocida en todo el orbe, lo que nos brinda la posibilidad de vivir en el más absoluto caos de cosas. Matar y morir por un par de "LLantas" piolas o un celu de última generación o cualquier otra basura por el estilo es ya un hábito. Siempre le hacemos un guiño de ojo a la corrupción, al que da o recibe una cometa, el colado es un "piola", y todo el rosario que podés escuchar mejor descripto en el tango Cambalache. Le hicimos un lugarcito al Narcotráfico a tal punto que Los Carteles Colombianos ya nos han nombrado Junto con Mexico como país facilongo para tránsito y consumo, y no hablamos de un porrito, se entiende......... Nuestros Gobiernos,(Nacional, Provinciales, Municipales) se esconden detrás los más altos valores, como son los derechos humanos, garantías constitucionales, y cuanto derecho a uno se le ocurra, (que de paso a esta sociedad le costó tanto volver a instalar en vidas y tiempo perdido), para justificar su inoperancia absoluta y si cualquiera reclamare justicia o seguridad es un Pro-milico, un "Facho", o un Represivo. No queridos, no nos usen, y, al contrario, si no cumplimos con la ley nos vamos a caer irremediablemente en manos del autoritario, el facho, y el que nos va a venir a imponer el orden "de prepo", ya que Gobierno somos todos y Desgobierno también. Nos venden una patria con un entorno donde se vislumbre un futuro "inclusivo", nueva palabreja con la que te quieren decir desde Una suite 5 estrellas o un jet privado "Yo no te voy a dejar afuera"......... pero que gauchitos que son, muchas gracias, como si no fuera esa su obligación de gobernantes !! Compatriotas, hacer patria no es ir al boliche de la esquina a gritar los goles de la selección, o hacer otros berrinches por el estilo, eso se llama Patrioterismo que es una deformación del patriotismo, seamos un poco más “verdaderos” y cuidemos nuestra hermosa patria que de verdad si vale la pena y se lo merece.

Ya lo escribió una vez Marco Denevi : "El argentino tiene una mentalidad de huésped de hotel, el hotel es el país y el argentino es un pasajero que no se mete con los otros. Si los administradores administran mal, si roban y hacen asientos falsos en los libros de contabilidad es asunto del dueño del hotel, no de los pasajeros a quienes en otro sitio los espera su futura casa propia, ahora en construcción. (...) Quizás algún día los argentinos nos convenzamos de que este hotel de tránsito es nuestro único hogar y que no hay ninguna Argentina —visible o invisible— esperándonos en ninguna otra parte." (sic)

lunes, 2 de febrero de 2009

LA REFORMA DE LA CONSTITUCION SANTAFESINA.

La reforma de la Constitución es algo demasiado importante como para dejarlo sólo en manos de los políticos. También lo es como para dejarlo sólo en manos de los ‘especialistas’. La reforma constitucional es algo que debe surgir del consenso de los santafesinos.

Las Constituciones son alcancías donde los pueblos atesoran sus esperanzas, su proyecto de país, sus sueños, su deber ser.

Y esto no se escribe para una sola generación, ni para un grupo. Las constituciones se escribieron con las lágrimas y la sangre de los argentinos. En 1819 el Brigadier López nos dio la primera Constitución después de áridas batallas para independizar y asegurar Santa Fe. En 1860, ya todos los argentinos unidos, nos dimos una Constitución que terminase con las luchas fraticidas.

Los gobiernos tienen por principal tarea hacer realidad las constituciones. Como bien decía Hipólito Irigoyen: “El mejor programa de gobierno es la Constitución”.

Sin embargo, cada nuevo gobierno –nacional o provincial- en vez de plantearse cumplirla, se plantea reformar la Constitución.

Y uno se pregunta ¿quieren reformarla porque saben que no pueden cumplirla? ¿o quieren reformarla porque creen que SU plan de gobierno es mejor que la constitución? ¿o sólo plantean la reforma porque es un buen tema para distraernos de los problemas cotidianos?

Escoba nueva

La Constitución debe ser una prenda de unión entre los santafesinos. No puede ser un motivo de disputas partidarias, ni para reformarla ni para oponerse a su reforma.

Pareciera que todo gobierno nuevo quiere estrenar constitución.

Hay en Argentina un espíritu inaugural, quizás herencia de aquellos inmigrantes que venían al Nuevo Mundo, para empezar de nuevo. Cada gobierno cree, en su primavera, que va a crear ‘el tercer movimiento histórico’, que va a modificar todas las prácticas conocidas, o que, como el mismo Dios, va a ‘hacer nuevas todas las cosas’. Lo vemos en la Nación y lo vemos en la Provincia. Lo vemos ahora, y lo vimos desde el inicio de nuestra historia institucional.

En verdad, como enseñaba nuestro profesor de derecho constitucional, el decano de los constitucionalistas santafesinos: ‘cada gobierno quiere que la Constitución le quede como un traje a medida’. Porque la Constitución es un traje standard, a algunos les va a tirar por derecha y a otros por la izquierda.
Es que debe ser así. Porque las constituciones no son hechas para los gobiernos, sino que los gobiernos son hechos para y por las constituciones.
Algunos constitucionalistas, hace años que vienen predicando la necesidad de reformas a la Constitución de la Provincia de Santa Fe. Pero no porque crean que esté mal, ni que esté atrasada. Sino porque creen que se le pueden incluir muchos institutos que no han sido previstos.

Pero una reforma debe ser producto del consenso, de que el pueblo sienta que es necesario reformar su constitución. Como decía el más brillante de los constitucionalistas, Alexander Hamilton: “el principio fundamental del gobierno republicano, que reconoce el derecho del pueblo a alterar o abolir la Constitución en vigor en todo caso en que lleguen a la conclusión de que está en desacuerdo con su felicidad”.

Pero a veces, los políticos que están de turno en el gobierno, nos quieren convencer de que sus necesidades son las nuestras, quieren hacer pasar su gato como si fuese la liebre que nosotros perseguimos.

Por eso, cuando se nos dice que la reforma constitucional es ‘imprescindible’, o que ‘Santa Fe tiene la Constitución más atrasada del país’, o que la constitución santafesina ‘es una Constitución que se contradice con el espíritu de la reforma de la Constitución argentina del año 94’, no podemos menos que alarmarnos.

Y por eso creemos útil aclarar un poco el estado de situación.

Una reforma requiere consenso

Si el gobierno decide avanzar en el proceso de reforma lo primero que debe hacer esconvocar a los constitucionalistas que hay en la Provincia de Santa Fe para que sugieran las reformas que se juzgan más necesarias.

El gobierno tiene muy buenos constitucionalistas en sus filas. Hay muchos otros que trabajan con los demás partidos. Y muchos otros sin ninguna filiación partidaria. Hoy, con Néstor Sagüés a la cabeza, podemos decir que Santa Fe es la provincia con los mejores especialistas en Derecho Constitucional del país. Todos deben ser consultados. Incluso los convencionales de 1962 que aún viven. (ACOTACION DE PROFESORES)

Luego, con un proyecto sintético de reformas, debe consultar a la población para que, en un plebiscito, se exprese sobre la necesidad de la reforma.

Entonces sí, no habrá fuerza partidaria que se oponga, ni podremos negar que es el pueblo quien quiere cambiar su norma principal.

La reforma ‘imprescindible’

En primer lugar digamos que reformar nuestra constitución provincial no es imprescindible. Puede ser útil. Puede quererlo el gobierno. Incluso puede quererlo la gente. Pero para cambiar la realidad no es necesario cambiar la Constitución, alcanza con ejecutarla.

Y ninguno de los temas que hoy más preocupan a los santafesinos requiere una reforma constitucional para ser atendido.

Los temas que el gobierno señala como justificativos de una reforma constitucional pueden resolverse por ley. Todos.

Pero además esta idea de que cualquier cosa (regionalización, participación de las ONG, acceso a la información) debe ser cristalizada constitucionalmente, es producto de la incomprensión acerca de qué debe ser una Constitución.

La ‘Carta Magna’ provincial no puede ser un guiso de miles de normas pequeñas, transitorias, precisas, de época.

No es imprescindible la reforma de una Constitución tan sabia como la del 62. Quizás sea útil. Quizás nos gustaría. Pero no es imprescindible.

Los temas del Gobernador

Y se refirió a la participación de las ONG, a la regionalización, al acceso a la información y a la autonomía municipal.

Estos cuatro temas ya están en la Constitución Provincial.

En sus artículos 19, 23, 24, 110 y 112 se prevé la participación de las ONG.

En su artículo 25 prevé la regionalización.

En su artículo 11 prevé el acceso a la información sin autorizaciones y en el 13 el derecho a peticionar al Estado.

En sus artículos 106 y 107 delega en la Legislatura la organización del régimen municipal sin impedir de ningún modo la autonomía…

Hasta el día de hoy lo que hemos sufrido por parte de los gobiernos es incumplimiento. Pero las normas constitucionales estaban.

Lo que hace falta es leyes que desarrollen correctamente estos principios, y voluntad política del Poder Ejecutivo para ponerlos en práctica.

Ninguno de los temas que se plantearon requieren reforma constitucional para su concreción. Hay otros temas que sí requerirían reforma, y que a algunos nos gustaría plasmar, como por ejemplo: en vez de este tímido “consejo de la magistratura” avanzar hacia la participación popular en la elección de jueces y fiscales, a través del voto directo o indirecto; o la revocatoria popular de mandatos a nivel provincial, para permitir que tras dos años de gestión se pueda poner fin a las ineficientes; o la prohibición absoluta de reelección, tanto sucesiva como alternada.

La contradicción con la Reforma Nacional de 1994

Con respecto a la supuesta contradicción con el espíritu de la reforma del 94 digamos que ello es erróneo. No hay tal contradicción.

Cuando alguien hace una afirmación tan grave desde lo jurídico como que una norma se contradice con otra, y más cuando dichas normas son constituciones, debe tener la correlativa seriedad para justificar tales dichos.

No hay contradicciones entre la Constitución de Santa Fe y los artículos reformados en 1994.

Y si hubiese alguna aparente contradicción, la misma se puede resolver fácilmente por vía interpretativa o legal.

Por ejemplo: podría haber una aparente contradicción en cuanto al régimen municipal que, según la Constitución Nacional, debería ser completamente autónomo. Sin embargo, como dijimos más arriba, nuestra Constitución Provincial prevé que por ley se fijarán los alcances del régimen municipal.

Con lo cual bastaría con modificar las leyes 2756 y 2439 para que nuestra provincia quede en sintonía con las reformas nacionales de 1994.

De ningún modo se puede decir seriamente que la Legislatura santafesina esté impedida por la Constitución Provincial para dar autonomía a los municipios y comunas. Para ello sólo hace falta decisión política.

Incluso podría el mismísimo gobierno plantear el tema municipal ante la Corte Suprema de Justicia de la Nación y solicitar que se declare inconstitucional cualquier cortapisa que la Carta Provincial ponga a la autonomía municipal. Así como en el caso ‘Iribarren’ la Corte declaró inconstitucional nuestra Constitución Provincial en lo que hace a la edad de los jueces.

Ocurre que nunca la Constitución Provincial puede impedir aquello que la Nacional ha previsto, siempre hay mecanismos para resolver esta situación, por eso nunca puede haber ‘contradicciones’. Toda ‘contradicción’ se resuelve a favor de la Constitución Nacional como su propio artículo 31 prevé y como el primer artículo de la Provincial establece.

Por este juego de jerarquía de normas, todo lo que fue incorporado en la reforma del 94 en cuanto a nuevos derechos y garantías, rige también para los santafesinos.

La muy ‘atrasada’ Constitución santafesina

En cuanto a la condición de ‘atrasada’ digamos que es éste un adjetivo que difícilmente pueda usarse para calificar a una Constitución.

Las constituciones no tienen que ser adelantadas, modernas, nuevas, cero kilómetro, para ser mejores. Alcanza con que sean justas, sencillas, y acordes con el pueblo al que rigen.

La Constitución Nacional, en su mayor parte, tiene casi 150 años; la Constitución estadounidense casi 220 años.

No necesitan ser flamantes para ser útiles. Pensar lo contrario es snobismo jurídico. Pero además creer que la santafesina es una Constitución ‘atrasada’ es un error.

La Constitución de 1962 era de las más modernas cuando vuelve la democracia en 1983. A partir de entonces, gran parte de las provincias realizaron reformas constitucionales en lo que se conoce como ‘el ciclo de los 80’. Luego, con la reforma de la Constitución Nacional en 1994, muchas provincias vuelven a reformar sus constituciones.

Si se piensa que ser una Constitución atrasada es haber sido dictada antes de la reforma nacional de 1994 (como vimos más arriba) digamos que la mayoría de las constituciones del país fue dictada antes de 1994…

Sepa el lector que muchas de las normas que la Constitución Provincial de 1962 incluyó serían muy bienvenidas en la Constitución Nacional pero no se pudieron incluir porque la ley para la reforma de 1994 (que se plantea como muy adelantada) limitó los temas que podían modificarse, impidiendo mejoras en la parte ‘dogmática’ (declaraciones, principios, derechos y garantías).

La Constitución santafesina de 1962 es moderna, sobria, consensuada. Inspirada en el constitucionalismo italiano de posguerra se enrola en las tendencias más sociales del derecho constitucional.

Veamos algunas de las disposiciones de la tan ‘atrasada’ Constitución santafesina:

En su artículo 19 dispone “La Provincia tutela la salud como derecho fundamental del individuo e interés de la colectividad”; en su artículo 21 dispone “El Estado crea las condiciones necesarias para procurar a sus habitantes un nivel de vida que asegure su bienestar y el de sus familias, especialmente por la alimentación, el vestido, la vivienda, los cuidados médicos y los servicios sociales necesarios”; en el mismo artículo dispone “Toda persona tiene derecho a la provisión de los medios adecuados a sus exigencias de vida si estuviese impedida de trabajar y careciese de los recursos indispensables”; en su artículo 22 dice que la Provincia “facilita a sus artistas, científicos y técnicos el desenvolvimiento de sus facultades creadoras y el conocimiento popular de sus producciones”; en su artículo 28 dispone que la Provincia “Propende a la formación, desarrollo y estabilidad de la población rural por el estímulo y protección del trabajo del campo y de sus productos y
el mejoramiento del nivel de vida de sus pobladores” y luego dispone que ha de facilitar que los arrendadores y aparceros se conviertan en propietarios; en el mismo artículo dispone que el Estado “resguarda la flora y la fauna autóctonas y proyecta, ejecuta y fiscaliza planes orgánicos y racionales de forestación y reforestación”; en el artículo 113 dispone que “La Provincia destina recursos suficientes para el sostenimiento, difusión y mejoramiento de los establecimientos educativos del Estado”.

¿No será que ‘atrasada’ está la política en cumplir con la Constitución?

Para que sirve la Constitución.

Concluyendo, volvamos al principio: las constituciones son catálogos de declaraciones, principios y derechos.

Para eso no hace falta retocarla, hace falta cumplirla. Sólo así sirve una Constitución, no cuando es linda y moderna pero sólo adorna.

Para soñar despiertos el sueño constitucional es necesario que pongamos el despertador de la realidad cerca de la oreja de los políticos, que, como siempre, son autistas con respecto a los reclamos de la ciudadanía, y ésta, presta atención y se va cansando.

Dr. Domingo Rondina
GISELA, CH.