lunes, 20 de abril de 2009

NO APRENDEMOS MÁS

Nuestra capacidad de asombro ya no tiene quórum en Santa Fe y el país. Las cosas a la que nos hemos acostumbrados hacer ya, años, me llama la atención y me alarma, porque le perdimos el respeto a la vergüenza, y me asombra como tomamos las cosas como si fueran naturales, cuando tendríamos que alarmarnos.

La materialización del voto a costa de todo, conseguirlo a cualquier precio, con tal que le sirva a quienes ocupan cargos públicos, burlarse en la cara de la gente, tomando como simpático estrategias electorales que no son otra cosa que estafas a la voluntad popular (que otra cosa puede ser que Scioli sea candidato a diputado, que el peronismo en Santa Fe vaya dividido o ¿acaso Reutemann representa al peronismo?, o que Carrió se ubique como segunda de su lista porque, dijo, lo único que le interesa es acompañar a sus formidables candidatos, aunque si sólo se trata de acompañamiento testimonial no se explica por qué no va quinta o sexta, que Julio Cobos usa su despacho de vicepresidente de la Nación para reclamarle al “campo” que unifique sus candidaturas, donde Macri juega al poker con De Narváez y Solá, bajando y subiendo aspirantes según necesidades de distrito y figuración sin que se cuestione qué programa de oposición y gobierno plantean), todas reglas en que estos políticos de poca monta y transeros han convertido a la política, a la militancia.

Es decir, nos proponen con total impudicia, que funcionarios en ejercicio de funciones ejecutivas se presenten como candidatos a cargos legislativos, anticipándonos que ya tienen decidido que no van a asumir para permanecer en el puesto que ocupan, o sea que la gente estaría votando a alguien que después de una campaña hipócrita va a desaparecer dejando el lugar a una persona que a lo mejor el ciudadano votante no tiene idea quien es, o que se van a enfrentar en una fantochada Reutemann y Rossi porque no pueden dirimir sus diferencias en una interna, para después arreglar que Rossi se incorpore a la lista de diputados nacionales (porque interiormente sabe que no va a triunfar), “salvaguardando” su pellejo, de que “tiene diferencias irreconciliables” con el ex corredor, pero que le va a servir para mantenerse en su cargo actual.

Son todos especuladores, y en muchos casos rozan la inmoralidad y la total falta de ética, si, de ética, porque hasta Maquiavelo planteaba que la política tiene ética, no se la realiza a costa de cualquier artilugio o acción, sino que la política tiene como objetivo el bien común. Pero son los enamorados de los hechos, los que equivocadamente se hacen llamar “pragmáticos”, los que justifican cualquier hecho, para los cuales lo único válido es la viveza táctica para conservar o lograr el poder, y es esa parte de la sociedad que lo hace posible (con indiferencia, autismo, no participación), que tengamos un vicepresidente que ni siquiera tiene la dignidad de renunciar a un puesto que ya no le pertenece, por opositor al Ejecutivo, o los tres tristes tigres, lamentables, nos hagan creer que son solucionadores, es esa parte del país para la cual el pudor es un sinónimo de boludez o tontería, y que hacen de la política una mala palabra.

Pero, creo que la democracia no es eso, no se puede hacer cualquier cosa (aunque parece que sí), en nombre de la gobernabilidad o en nombre de “defender los intereses de la provincia”, cosa que es totalmente mentira, porque nunca lo han hecho, o me van a decir que Reutemann o Latorre en estos años han defendido a Santa Fe, hasta me suena gracioso.

Sin embargo, lo más grave y penoso a mi entender, no es la existencia de esta dirigencia provincial y nacional falto de moral, sino que nosotros como sociedad no tengamos vergüenza y no se nos mueva un pelo y hagamos algo para echarlos, a todos estos personajes que sólo se nos ríen en la cara siguiendo esa fiesta que, en definitiva, es sólo para ellos.

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